La cirugía de amigdalitis generalmente se realiza en casos de amigdalitis crónica o cuando el tratamiento con antibióticos no muestra resultados positivos, pero también se puede hacer cuando las amígdalas aumentan de tamaño y terminan obstruyendo las vías respiratorias o afectando el apetito.
En general, este tipo de cirugía se puede realizar de forma gratuita por el SUS e incluye la extracción de adenoides, que es un conjunto de tejidos que se puede infeccionar junto con las amígdalas, que se encuentra por encima de ellas y detrás de la nariz.
La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas, que son pequeñas glándulas ubicadas en la garganta. La inflamación puede ser causada por la presencia de virus o bacterias en la garganta, causando hinchazón e inflamación de las glándulas.
En general, este tipo de cirugía se puede realizar de forma gratuita por el SUS e incluye la extracción de adenoides, que es un conjunto de tejidos que se puede infeccionar junto con las amígdalas, que se encuentra por encima de ellas y detrás de la nariz.
La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas, que son pequeñas glándulas ubicadas en la garganta. La inflamación puede ser causada por la presencia de virus o bacterias en la garganta, causando hinchazón e inflamación de las glándulas.
Como se realiza la cirugía
La cirugía de amigdalitis se realiza bajo anestesia general y puede durar entre 30 minutos y 1 hora. Normalmente, la persona necesita permanecer en el hospital durante unas horas antes de recuperarse por completo, pero puede regresar a casa el mismo día.
Sin embargo, en casos de sangrado o cuando la persona no puede tragar líquidos, se puede recomendar que se quede 1 noche.
La cirugía solo se realiza cuando el tratamiento convencional para la amigdalitis no tiene resultados permanentes y la amigdalitis es recurrente. Además, el otorrinolaringólogo debe indicar si ha habido más de tres infecciones en el año y la intensidad de estas infecciones antes de indicar la cirugía. Descubra cómo se realiza el tratamiento para la amigdalitis.
A pesar de ser un procedimiento seguro, puede haber algunas complicaciones, principalmente sangrado, dolor y vómitos, además de los riesgos relacionados con la anestesia general, como problemas cardiovasculares, problemas respiratorios, reacciones alérgicas, confusión mental. Algunas personas informan que después de la cirugía su voz cambió, dificultad para tragar y falta de aliento, además de tos, náuseas y vómitos.
¿Cómo es la recuperación después de la cirugía?
La recuperación de la cirugía de amigdalitis dura entre 7 días y 2 semanas. Sin embargo, en los primeros 5 días, es común que una persona experimente dolor en la garganta y, por lo tanto, el médico puede recetar analgésicos, como paracetamol o dipirona.
Además, durante la recuperación, las personas deben descansar, evitando esfuerzos, pero el descanso absoluto no es necesario. Otras indicaciones importantes son:
- Beber muchos líquidos, especialmente agua;
- Evitar la leche y los alimentos grasos el primer día;
- Comer alimentos fríos o helados;
- Evitar los alimentos duros y ásperos durante 7 días.
Durante el período postoperatorio de la cirugía de amigdalitis, es normal que los pacientes experimenten náuseas, vómitos y dolor. Sin embargo, si aparecen síntomas, como fiebre alta que dura más de 3 días o sangrado excesivo, se recomienda ir al médico.
Qué comer después de la cirugía
Se recomienda comer alimentos que sean fáciles de tragar, como por ejemplo:
- Caldos y sopas procesados en una licuadora;
- Huevo picado o molido, carne y pescado, agregados en sopas licuadas o junto al puré;
- Jugos y vitaminas de frutas y verduras;
- Fruta cocida, asada o en puré;
- Arroz bien cocido y puré de verduras como papas, zanahorias o calabaza;
- Legumbres trituradas, como frijoles, garbanzos o lentejas;
- Leche, yogur y quesos cremosos, como el requesón y el queso ricotta;
- Migas de pan humedecidas con leche, café o caldos;
- Líquidos: agua, té, café, agua de coco.
- Otros: gelatina, gelatina, pudín, helado, mantequilla.
El agua a temperatura ambiente es lo mejor, y se deben evitar los alimentos que están demasiado calientes o demasiado fríos. Las galletas, tostadas, pan y otros alimentos secos deben evitarse durante la primera semana, si desea comer uno de estos alimentos debe sumergirlo en sopa, caldo o jugo antes de llevárselo a la boca.
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